Salimos del campo base el día 23 de diciembre, y, la verdad que, lo hicimos sin un objetivo claro, tan solo el de seguir trabajando. A la salida del CB, sobre las 10:00 A.M, mi mochila estaba más cerca de los 30 kilogramos que de los 25 kilogramos. Pero empecé a recordar lo que hicimos en el año 2010, con el equipo de Alfilo, por aquel entonces capitaneado por Edurne Pasaban. Me hacía ir espitoso, recordando la que, sin lugar a duda, ha sido mi mejor primavera. ¡Qué expedición aquella, con el doblete de Annapurna y Shisha Pagma un mes después!

Antes de las 15.00 P.M estaba en el C1, a 5.150 metros, y con más de 1.000 metros de desnivel positivo.

Dos noches fueron las que pasamos en el C1, ya que aprovechamos para marcar toda la ruta del cruce del glaciar con banderas de bambú. Entre tanto, la Nochebuena la pasamos cenando arroz con lentejas y, de verdad que, lo pasamos genial.

Ayer, día 25 de diciembre, salimos en dos grupos distintos, otra vez porteando otros 25 kilogramos. Montamos el C2 a unos 5.600 metros, aunque, reconozco que no me gusta mucho este campo. Este tipo de emplazamiento en una ladera invita a darle vueltas a la cabeza toda la noche, hasta que te mentalizas.

Hoy, he salido a las 7.30 A.M de la tienda, y, tras organizar a todo el equipo, hemos partido hacia arriba con fuertes rachas de viento. Las ráfagas, afortunadamente, no eran constantes. Hemos salido con 1.200 metros de cuerda, material para equipar, dos tiendas snowbound y tres para situarlas en el C3.

Como he dicho al empezar, hemos pasado cuatro días y tres noches en altura, en las que, el equipo, compuesto por ocho personas, hemos tenido que realizar un esfuerzo sobrehumano, porteando y equipando la ruta hasta el C3. Así, ya tenemos la llave para poder intentar la cumbre.

Si en nuestra llegada al CB el pasado 22 de diciembre nos hubieran dicho que cuatro días después seriamos capaces de llegar hasta el C3, no nos lo hubiéramos creído, y, es que aún no nos lo creemos. El tiempo también nos ha ayudado, pero lo cierto es que no se nos ha regalado nada. Y remarco que, cuatro días después de comenzar el invierno astronómico, que estemos en el c3 es una buenísima noticia.

El problema ya sabemos cuál es: como todos estos años atrás en cuanto la montaña diga que no, será que no. Mientras tanto nosotros a disfrutar de todo lo que estamos haciendo.

Muchas gracias por vuestro apoyo. Aquí seguimos con la motivación por las nubes. Volveremos a partir hacia arriba en un par de días.