Martes 8 de Diciembre, segunda jornada en La Cordillera.

Pasamos la noche nuevamente en Cortaderas (3.300m), madrugamos y desayunamos hacia las 06:00 para así evitar exponernos al sol durante las horas centrales del día.

Ascendemos por carretera hasta la aduana argentina (4.050m) y desde allí cogemos el sendero que nos llevará a lo alto del Falso Moracho (4.500), hermano pequeño del alejadísimo Moracho (+5.000m). No deja de sorprendernos lo inhóspito del lugar, el paisaje es ciertamente árido: apenas crece flora en la continuación argentina del desierto chileno de Atacama; y sólo las vicuñas y guanacos, algún reptil, pequeños roedores y grandes depredadores como el cóndor y el puma dan vida al vasto entorno volcánico. El terreno es arenoso y nos hundimos, simulando así las largas marchas sobre nieve que nos esperan en Pakistán. El viento no cesa, lo cual baja aún más la presión, la humedad apenas llega al 8% y el sol abrasa en altura. Han bastado dos días para darnos cuenta de que aquí el proceso de aclimatación será más largo y complicado que en nuestras latitudes.

El alto hito en la cumbre nos permite resguardarnos de las ráfagas de más de 50km/h y disfrutar de un pequeño almuerzo junto al grupo de amigos que nos acompaña en este viaje. Un verdadero lujo. Emprendemos el descenso esta vez en dirección suroeste, hacia el inmenso salar custodiado por los volcanes Incahuasi (6.638m) y San Francisco (6.016m). Al final de la caminata, bello regalo para nuestros ojos: un lago de aguas verdosas lleno de flamencos que han volado hasta estas tierras para aparearse. Cinco horas en total de travesía entre los 4.000 y 4.500 metros de altura; actividad perfecta para, sin demasiado desgaste, ejercitar la máquina.

De vuelta por el sendero, regresamos al punto de partida; en la aduana argentina nos espera nuestro amigo Mauricio con una sorpresa: ¡Vénganse a comer un buen asado de campo! Es el día de la Virgen Del Valle, muy venerada en esta zona y en honor a la cuál los lugareños matan y asan una llama cada 8 de Diciembre. Es una jornada primeramente dedicada a marcar el ganado y festejada con una gran comida de la que pudimos disfrutar en excelente compañía. Proteína pura.