«Tras unas semanas escasas en el Campo Base, el balance hasta el momento es muy positivo. También es verdad que en los dos últimos Everest fue igual, por lo tanto, tenemos que cambiar las cosas y sobre todo trabajar más la suerte que no ha llegado. Ya estamos cerca de los 7000 metros, con cuerda suficiente para equipar hasta la cumbre y recursos necesarios para aguantar hasta finales de marzo.

Así que la planificación y logística, hasta el momento, bastante buena, y en cuanto al trabajo en la montaña, creemos que poco más se podría mejorar o acelerar: en tan solo dos días hemos conseguido cargar y montar una única línea hasta C2. Lograr algo así supone esforzarse, sacrificarse y sobre todo muchísimo trabajo en equipo. Equipo que, por desgracia, se ha visto muy mermado, quedando reducido a nueve miembros a día de hoy, ya que Marek y Waldemar se encuentran ya en Skardu.

Salimos hacia campo base avanzado con muy buen tiempo, pero al avanzar el día eso cambió por completo y a las horas soplaba mucho viento. Tuvimos que pasar la noche cómo se pudo en el base avanzado. Félix, Ignacio, Pavel, Marek y Waldemar, mientras, se quedan replegados en el campo base. El sexteto de cabeza equipa hasta C1, a 6100 metros. En la ruta, incertidumbre y a su vez mucho esfuerzo, quizás demasiado.

Así nos lo cuentan los escaladores nepalies….

«Salimos no muy pronto, y dos horas antes de salir, Alex ya estaba en pie preparado y nos había calentado el agua para el desayuno. Se le había roto la cremallera del saco y no había podido dormir del frío. Alex sabía que estaban los sacos de Pasang y Cheppal libres, ya que ellos venían desde el Campo Base. ¿Sabes cuál fue su contestación al preguntarle que por qué durante la noche no nos pidió un saco estando al lado? Que no quería molestar y que como llevamos sacos finos, sabe que nos metemos dentro de dos. Así que se pasó toda la noche sin dormir y encima nos preparó el agua y organizó todo fuera de la tienda.

Empezamos a escalar con mucho peso, cada uno con cerca de 25 kg, y Alex se echó una bobina más de cuerda que los demás, encima de esa que traen de casa. Para nosotros la «korean rope», una bobina de 200 metros pesa 6kg y esas que trae Alex, entre 8 a 10 kg los 200 metros. Nos faltaba poco para llegar a C1, 6.100metros, y surgen las dudas.

Pero siempre está nuestro amigo para tirar de todos, para tranquilizarnos… él piensa, razona, y escucha, que es lo más importante. A nosotros, por ser nepalíes, sabemos que siempre se nos trata de forma despectiva, pero no ocurre así con Alex.

Llegamos a C1. Hace mucho frio y hay que tallar las repisas porque no hay sitio. Más de dos horas picando. Una vez más, Alex nos sorprende: se va a la peor tienda, colgada al vacío, en la que apenas entran dos personas, la mas incómoda y la menos soleada. Porta su cantimplora con 1 litro de tang de naranja, que nos gusta mucho, y se encarga de que todos bebamos, excepto él. Es increíble, se entera de qué comemos y cuánto bebemos cada uno. Para colmo, encima de meterse en la peor tienda, cuando para cada una de las tiendas llevamos dos infernillos MSR, Alex sólo quiere uno, prefiere que en la otra tienda, que están cuatro, estén calientes y puedan beber más. No es lógico lo de este chico, siempre piensa por los demás y tenemos que andar detrás de él para que también coma y beba. Primero los demás y él siempre el último. Hemos de reconocer que no nos ha pasado nunca esto y si estamos aquí es por Alex, porque ante todo cree en nosotros y nosotros en él.

La noche fue durísima, y para Alex ni te cuento …¿sabes con que saco durmió? Con uno que apareció en el bus en el que vinimos de Nepal, un saco con el que pasaría frío yo en verano en una simple noche de Campo Base, y él no dijo nada… bueno sí, se pegaba mucho a mi!! Je, je, je. La noche fue muy muy fria, mínimo menos 40 grados bajo cero. Y aún así, como no soplaba viento, a Alex le gusta dormir con las dos puertas abiertas, casi del todo. Dice que a la mañana, si no, hay mucha escarcha, le digo, «para eso duerme en la calle Alex ,total es lo mismo dormir fuera que dentro» je ,je.

Pero la cosa no acaba ahí… a la mañana siguiente, de nuevo es el primero en despertarse. Prepara agua para las dos tiendas y hablamos, siempre tiene alguna buena idea. Alcanzamos entre cinco el C2, porteando mucho peso. Entre el C1 y C2 es más vertical y hay que tener más cuidado. Solo hay como 3 lineas de cuerdas, y todas ellas viejas. Una de esas líneas la fijamos Walum y yo, Nuri, cuando estuvimos aquí, la reconocemos perfectamente. Podríamos no fijar y subir más alto, pero es Alex quien dice que las cuerdas se rompen y que vamos a ser inteligentes, que de qué nos serviría subir rápido haciendo las cosas mal. Nos cuenta que ocurren muchos accidentes por usar cuerdas viejas.

Llegamos a C2 y de ahí directos hacia el Campo Base. Bajamos muy muy rápido. En el base avanzado hay que pasar otra pequeña cascada de hielo; no como el Khumbu, mucho más pequeña. Alex se tira para abajo y nos dice «¡seguidme!» . Al final, una vez más, tiene razón y en menos de una hora llegamos al base. Cuando llegamos al plano, ya de noche, nos paramos para uno de nuestros vicios ( je, je, je , mejor no lo digo, que somos deportistas) pero una vez más Alex se nos pone a chillar ¡puta madre! ¡puta madre! , que qué hacemos debajo del serac de la Cesen, que hay veces que rompe y la avalancha llega al Broad Peak.

Esta ha sido nuestra primera salida al K2, y como veis, estamos muy contentos y no nos podemos sentir más seguros ni más queridos . A nosotros en el Everest nos pagan 3 veces más de lo que Alex nos da. Pero la primera vez, nos dijo que si algo le pasara a alguno de nosotros, él cuidaría de nuestras familias, y eso no lo hace cualquiera. Por eso, y por mucho más, estamos aqui!!! Ojalá tengamos suerte. Eso sí, nosotros no dormimos en iglú, nos da miedo dormir ahí dentro, a ver si se va a caer…je, je, je . Aunque Alex siempre nos dice que es mejor. La verdad es que cuando empezamos a mover nieve sin saber qué querían hacer, el resto del equipo sabíamos que era imposible hacer nada con esa nieve y menos aún una casa. Pero hoy hemos de decir que efectivamente siguen en pie y parece que estarán ahí hasta el verano. Ahora empezamos a pensar que tienen razón, ya que dentro de la casa de nieve no hace nada de frio».

Un saludo de los sherpas Nuri, Walung, Pasang, Cheppal y Gelsem.

Danebat!!