Tras tres días abriendo huella, el sábado, por fin, conseguimos llegar al campo I y establecer allí un depósito.

No ha sido ni mucho menos fácil preparar el campo I. Lo intentamos por primera vez el 28 de Enero, aunque aquella vez, con el nevadón recién caído, aclimatación todavía escasa y el estómago bajo mínimos, sólo alcanzamos los primeros metros del glaciar; fueron cuatro horas de trabajo, más que suficiente teniendo en cuenta cuál era nuestro estado. El 30 de Enero volvimos a ello, y en esta ocasión sí logramos atravesar tanto la morrena como el glaciar, aunque la profunda nieve que nos cubría hasta la cintura no nos permitió avanzar más allá de los 4.850 metros, donde dejamos los 600 metros de cuerda y la tienda que llevábamos a cuestas; ocho horas en total. Y por fin el sábado, acompañados también por el trío iraní (Mahmood Hashemi, Iraj Maani y Reza Bahadorani), conseguimos alcanzar los 5.050 metros de altura y establecer, bajo una pirámide de roca, nuestro campo I: una tienda y unos 900 metros de cuerda en total por nuestra parte. Los iranís, por su parte, subieron otros 600 metros de cuerda y una tienda más. Avandonamos el campo base hacia las 8:00 de la mañana, y serían las 17:00 de la tarde para cuando regresamos.

Tanto ayer como hoy (2 de Febrero) el día ha amanecido bastante ventoso, así que hemos acordado descansar. Mañana, si fuera posible, retomaríamos el trabajo para intentar fijar hasta el campo II a 5.900m (sin duda el tramo más técnico de nuestra ruta) para volver a dormir al campo I. Y si la ventana lo permitiese, al día siguiente, seguiríamos intentándolo hasta el campo III (6.700m). El parte de méteo parece indicar que se acerca un frente de tiempo favorable para una semana, pero preferimos actuar con cautela; vamos poco a poco y día a día.