Son las 2 y cuarto de la mañana y a las 6 toca diana. Despertarse, tipo resacoso, porque apenas habremos dormido nada. ¿Por los nervios o quizás por los dos largos días de preparativos que llevamos en Barcelona? Seguramente por las dos cosas.

Mañana (o mejor dicho dentro de un rato) salimos para Pakistán. Esta vez viajamos para intentar escalar la Gran Torre del Trango, ¡Joer no para intentar encaramarme a un 8000! ¡Ya era hora de que toque algo diferente y que además llevaba años queriendo hacer! Mañana, como siempre, lo primero será facturar todo el equipo tratando de no pagar ni un kilo extra. Y en cuanto nos montemos en el avión, creo que antes de despegar ya estaré dormido.

A estas horas de la madrugada, Ferran, Oscar y demás están intentado hacer cumbre en el K2 y el Broad Peak. La gente me pregunta que por que no he ido y mi respuesta es que no solo existen ochomiles,hay mucho más, muchas más montañas.

Tengo muchísimas ganas de estar manos a la obra, metidos en la pared, pero como en todo, hay que ir paso a paso, día a día. La primera etapa es Islamabad. Pasaremos una noche en la capital de Pakistán y el sábado nos pondremos rumbo a Skardu, la puerta de entrada al Karakorum. Viajaremos en avión o por carretera. Ya veremos, porque esto se traduce en una hora o 20 de viaje. Por lo demás , vamos mentalizados de que a la llegada a Islamabad pasaremos muchísimo calor. El termómetro seguro que está por encima de los 40 grados. Y tanto para Pelut como para Ekaitz es la primera vez que viajan a Pakistán. Y la primera vez que uno viaja a ese país se queda alucinando de tanto contraste, de tanto cambio.

Pues nada, amigos y amigas, la siguiente vez que os escriba será desde Pakistán y estaremos sudando del calorazo que nos estará pegando. Un beso a todas y todos. La expedición parece que promete. El éxito no esta asegurado pero lo que sí es seguro es que lo vamos a pasar estupendo.