Alex Txikon, Ali ‘Sadpara’ y Muhammad Kan se encuentran ya, desde el pasado 25 de Enero, en el campo base del Nanga Parbat

El equipo espera una mejora del tiempo y el estado de salud del alpinista lemoarra (arrastra una severa descomposición desde Chilaas) para poder comenzar a trabajar en condiciones.

Las nubes, la nieve, el frío y las vomitonas están acaparando el protagonismo durante estos primeros días en el campo base del Nanga Parbat, a unos 4.100 metros de altura.

Tras partir de Islamabad el día 20 y atravesar la Karakorum Highway con escolta policial incluída, Alex Txikon y su equipo de apollo llegó a Chilaas hacia el mediodía del miércoles 21, donde le esperaban los compañeros de expedición paquistanís Ali ‘Sadpara’ y Muhammad Kan. Dos días de estancia allí sirvieron para cumplir con los compromisos burocráticos ineludibles (visita al delegado de turismo y visita al oficial de policía), gestionar lo refente a cargas y porteadores, y también enfermar: Alex Txikon arrastra desde entonces una severa descomposición que le ha complicado la marcha de aproximación pero de la que espera recuperarse en breve. No en vano, no es la primera vez que algo parecido le ocurre en Pakistán, y sabe que se trata de comer limpio y ser paciente durante algunos días.

El 23 de Enero reanudaron la marcha esta vez en jeep desde Chilaas hasta Diamarow, punto de partida de la aproximación a pie. Unas 4-5 horas diarias de caminata durante tres días, pasando por las aldeas de Zaweri y Cutgali hasta alcanzar los 4.100 metros de altura y establecer el que será el campamento base para los próximos dos meses. Estas primeras jornadas han servido, precisamente, para poner todo a punto en este CB (siempre batallando contra las frías temperaturas que por la noche caen hasta los –15ºC), y planificar una primera jornada de trabajo.

Por lo tanto, el equipo espera ahora una mejora del tiempo (previsible para mañana día 28) y también del estado de salud de Txikon para poder, en un primer paso, abrir huella hasta el campo I y después establecer allí un depósito de cuerdas y demás material. Se decantarán definitivamente por la ruta Kirshoffer que, aunque “muy helada y seguro dura de pelar” parece menos expuesta a aludes que la Messner.

Por otro lado, hoy día 27 a media mañana, Txikon, Ali y Muhammad Kan han recibido la visita de Danielle Nardi que, por cierto, ha hecho posible este envío vía e-mail (el equipo de Txikon contará con conexión a internet a partir del día 1 de Febrero). El italiano ha proporcionado al de Lemoa algunos medicamentos indicados para el estómago y le ha transmitido su voluntad de intentarlo una vez más por la Mummery Ridge a pesar de que, tras la marcha del polaco Tomek Mackiewicz y la francesa Elisabeth Revol, se encuentra sólo para escalar. Afirma que lleva tres inviernos intentándolo aquí y dice que las condiciones que se ha encontrado este año pintan bastante mejor que en anteriores ocasiones. Precisamente Nardi, que cuenta con conexión a Internet, ha anunciado que para mañana se esperan cielos descubiertos que podrían aguantar hasta el sábado (de hecho, ya se han abierto algunos claros).

Por último, para mañana se espera la llegada de tres nuevos protagonistas a este campo base. Se trata de tres escaladores iranís que, según hemos sabido a través de la agencia, a priori comparten las mismas intenciones respecto a la ruta y las fechas que el trío formado por Txikon, Ali ‘Sadpara’ y Muhammad Kan. De todas formas, aquí nadie quiere apresurarse a contemplar posibles cooperaciones.

 


Un día más de mal tiempo y vomitonas

El plan que teníamos previsto para hoy 27 de Enero (acercarnos abriendo huella hacial el campo I) se ha visto alterado por el mal tiempo y, sobre todo, por la fatídica noche de vomitonas que he pasado. Parece que aún necesitaré algún día más para recuperarme de la que pillé en Chilaas; la verdad es que, en mi caso, la historia se repite en Pakistán. Paciencia.

Por otro lado, a media mañana, hemos recibido la visita de Danielle Nardi. El italiano estaba al tanto de nuestra presencia aquí, sabía también de mi estado de salud, así que nos ha proporcionado algunos antibióticos que van bien para el estómago y seguro me serán de gran ayuda. Hemos estado charlando de lo ocurrido con Tomek y Elisabeth, lo cierto es que no quiere remover demasiado el lodo, y nos ha transmitido su voluntad de intentarlo una vez más por la Mummery Ridge. Lleva tres inviernos intentándolo aquí y dice que las condiciones que se ha encontrado este año pintan bastante mejor que en anteriores ocasiones. Le acompañan dos cámaras, pero tras la marcha del polaco y la francesa se encuentra sólo para escalar. Iremos viendo qué es lo que ocurre.

Nosotros apostamos definitivamente por la ruta Kirshoffer que, aunque muy helada y seguro dura de pelar, parece menos expuesta a aludes que la Messner.

Para mañana esperamos también la llegada de tres nuevos protagonistas al campo base, se trata de tres escaladores iranís (Mahmood Hashemi, Iraj Maani y Reza Bahadorani) que, a priori, comparten nuestras mismas intenciones respecto a la vía y las fechas, así que tenemos horas y días por delante para contemplar una posible colaboración.

De momento, seguimos a la espera de que tanto el tiempo como mi estómago mejoren para poder empezar a trabajar en condiciones. Nardi, que cuenta con conexión a Internet, nos ha anunciado que para mañana se esperan cielos descubiertos que aguantarán hasta el sábado.


Ya estamos en el campo base

Partiendo desde Cutgali, el 25 de Enero y bajo una nevada importante, llegamos ya al campo base del Nanga Parbat. Lo cierto es que vinimos un poco flojitos, apenas habíamos comido nada desde que salimos de Chilaas, el estómago no deja de dar guerra. Pero nos esperaba un día duro: tocaba coger las palas y abrir pasillos y hueco en la nieve para montar las tiendas, así como la cocina y el comedor para después reorganizar todo lo que contenían los bidones y petates que los porteadores habían dejado apilados. Poco a poco, sin dejar de batallar contra el frío, logramos poner un poco de orden en lo que será nuestro hogar los siguientes dos meses. Un poco de arroz blanco para cenar… y al saco, a descansar. El termómetro marcaba –15ºC y no paraba de nevar, tanto es así que esta mañana (26 de Enero) hemos amanecido con una capa de nieve de al menos un metro. El día de hoy, todavía nublado, ha servido para seguir afinando todo en el campo base: refijar las tiendas, poner a punto el aislamiento y la luz en la tienda comedor, montar un pequeño ‘txoko’ para los ordenadores, baterías etc. y acordar el planing para mañana (martes, 27 de Enero). Las nubes no nos han dejado contemplar el Nanga Parbat con claridad todavía, a priori diría que se ve bastante pelado, con mucho hielo, así que hemos decidido que mañana nos acercaremos hacia el Campo I para ir abriendo huella y ver más de cerca cómo está el terreno. Lo haremos sin carga; pasado mañana volveremos para ir depositando cuerdas y demás material. Tengo buenas sensaciones, el grupo está unido y creo que nos entenderemos a la perfección.


La aventura del camino

Partimos de Islamabad hacia la Karakorum Highway el día 20 de Enero, a media noche y en un minibús. ¡Una sola parada en toda la noche para ir al baño! Cuando comenzaba a clarear el día, a unos 100 kilómetros de Chilaas, llegamos al checkpoint policial a partir del cuál tendríamos que viajar escoltados. Así sucede en esta zona. Los sunitas literalmete matan a pedradas y tiros a los chiitas en estos pueblos, y el ambiente no resulta precisamente ‘amigable’ para los extranjeros. Es por eso por lo que el gobierno paquistaní tiene en marcha este servicio de escolta para todos aquellos camiones, autobuses y vehículos particulares que pretenden completar este tramo de la autopista que lleva al Karakorum. Lo cierto es que Chilaas y sus habitantes tienen muy mala fama entre los paquistaníes de otros valles: “Viven como salvajes. No quieren estudiar, no quieren trabajar, se pasan el día hablando sentados sobre las piedras”. Los miembros que nos acompañan (los escaladores Ali ‘Sadpara’ y Muhammad Kan, el guía Hassan y el cocinero Mozil) proceden de Baltistan, son también musulmanes claro, pero chiitas, de modo que en reiteradas ocasiones ha sido víctima de los ataques protagonizados por los “locos” de Chilaas. Para nosotros, desde fuera, tratar de comprender este coflicto interno es cuando menos complicado, pero accedemos a tener en cuenta las recomendaciones que nos hacen: “Actuad con discreción, cuidad vuestra forma de vestir y no saquéis fotos sin su consentimiento, ¡menos aún a las mujeres!”

Precisamente fue Chilaas donde nos reunimos, al fin, con Ali y Muhammad Kan, compañeros de expedición y amigos; nos estaban esperando en el hotel. ¡Qué alegría volver a vernos! Pasamos dos días y dos noches allí, puesto que desde allí era desde donde teníamos que gestionar todo lo referente a cargas y porteadores, y porque también allí tocaba arreglar el tema burocrático (¡y policial!): visita al delegado de turismo, y visita al oficial de policía. Y es que desde que en verano de 2013 mataran a 11 personas en el campo base del Nanga Parbat (finalmente parece ser que responsabilizan del ataque a 15 locales), practicamente ningún grupo de trekking ni expedición ha regresado a este valle de Diamir hasta ahora, de manera que han determinado destinar a cuatro agentes a acompañarnos durante dos meses. Tuvimos 48 horas para ir solucionando todos estos temas desde Chilaas, y la verdad es que no teníamos ninguna intención de encerrarnos en el hotel. Procuramos salir a la calle y establecer un mínimo contacto con los locales: comprar algo de fruta, visita al barbero, tomarse un té… la respuesta fue reconfortante. Al final, es todo cuestión de tiempo. Sentados frente al río Indus, disfrutando del paisaje, fueron los propios vecinos de Chilaas los que, poco a poco, se fueron acercando, algunos con cara de sorpresa, la mayoría repletos de dudas y preguntas. Su mirada es oscura y dejan crecer sus barbas casi hasta el pecho (sinceramente, encajan a la perfección con el talibán estereotípico que tan asimilado tenemos en Occidente). Por de pronto, gracias a esta experiencia, muchos de los prejuicios que traíamos hacia los sunitas han quedado atrás pero, sin embargo, se ha visto reforzado todo lo que habíamos leído y escuchado respecto al trato hacia las mujeres: viven prácticamente recluídas en casa, apenas salen a la calle para lavar las ropas, siempre cubiertas y en grupo.

En cualquier caso, el principal recuerdo que en esta ocasión nos llevamos de Chilaas fue la monumental descomposición que todavía nos acompaña. Ni uno ni dos; al menos cuatro miembros del grupo pasamos la noche en el baño… y así tuvimos que emprender nuevamente la marcha, habiendo perdido gran parte de las reservas que traíamos de casa.

El 23 de Enero, por lo tanto, esta vez en jeep, partimos hacia una aldea llamada Diamarow. ¡Vaya ruta! ¡Terrorífica! El jeep ocupaba todo el ancho de la pista que trazaba Zetas cerradísimas a medida que ganábamos altura. El rostro sereno del piloto transmitía tranquilidad y seguridad, pero no vamos a negar que el avismo que se asomaba a nuestra izquierda resultaba cuando menos inquietante. Así, tras cruzar un último puente de madera enclenque, llegamos a Diamarow, desde donde emprendimos la marcha a pie bajo la atenta mirada de los porteadores locales y demás vecinos. Unas cinco horas cuesta arriba, hasta llegar a Zaweri. Nos sorprendió lo peligroso del sendero que, completamente helado, hizo temblar a más de un agente de policía: sin calzado adecuado, estuvieron a punto de despeñarse en más de una ocasión. ¡Tardaré en olvidar el terror en sus caras! Aquella noche dormimos en la escuela financiada por Messner en Zaweri, y comtemplamos por primera vez, aunque escondido entre las nubes, el Nanga Parbat, maravilloso.

A la mañana siguiente, de nuevo hacia arriba, otras cinco horas hasta Cutgali. El frío no perdona y a lo largo de esta marcha de aproximación nos ha vuelto a sorprender la fuerza y capacidad de sufrimiento que demuestran los porteadores locales. Sin ropas ni calzados adecuados para el frío y la nieve cargan a sus espaldas 25 kilos durante tres jornadas a cambio de 8.000 rupias (unos 70 euros). Eso sí es valor.

Tampoco dejaremos jamás de sorprendernos con la belleza de estos valles inóspitos .

 


Hacia el Nanga Parbat

Tenemos objetivo para este comienzo de 2015: Nanga Parbat (8.126m) invernal. Tras la frustración que supuso ver desvanecerse el proyecto del K2, este nuevo reto nos ha devuelto la ilusión de viajar a Pakistan y escalar. Lo haré junto a dos compañeros y amigos paquistanís: Muhammad Ali ‘Sadpara’ y Muhammad Kan.

Partimos hoy mismo desde Bilbao hacia Islamabad, al encuentro del Nanga Parbat, la novena montaña más alta del mundo y la segunda más alta de Pakistán. Situado en el extremo occidental del Himalaya, es uno de los dos últimos ochomiles vírgenes en invierno. Sólo la apodada por los alemanes como ‘la montaña asesina’ y el K2 (8.611m) se resisten a permitir que nadie alcance su cima en la estación más fría del año. Y no por falta de interés ni de persistencia. Es, sin duda, el ochomil que más veces ha sido intentado en invierno. Una veintena de expediciones desde el primer intento en 1989, en las que la máxima altitud alcanzada fueron 7.800 metros en 1997.

Será mi primera incursión en el Nanga Parbat, y quiero intentarlo por la vertiente Diamir (una de las tres caras que muestra la montaña) aunque la elección definitiva de la ruta la haremos allí. Puede que optemos por la Kirshoffer, o puede que por la Messner; lo decidiremos una vez hayamos comprobado las condiciones sobre el terreno. Tras la obligada ruta por carretera y la posterior marcha de aproximación a pie, esperamos poder llegar al campo base a finales de la semana que viene y ponernos a trabajar en la pared cuanto antes.

El equipo

Escalaré junto a Muhammad Ali ‘Sadpara’ (de Sadpara) y Muhammad Kan (de Macholu), dos hombres de sobra curtidos en el Himalaya que considero serán excepcionales compañeros de cordada.

Por lo demás, a partir del 1 de Febrero contaremos con conexión a Internet en el campo base, así que todo el que quiera, a través de crónicas e imágenes que vayamos colgando, podrá seguir de cerca el transcurso de la expedición. Eskerrik asko denei!!!


Nuevas intenciones para el nuevo año

¡Hola amig@s! ¡Feliz año nuevo! ¡Que este 2015 venga mejor que el anterior!

No os voy a contar nada que no sepáis a estas alturas, simplemente vengo a confirmar lo que publicó Denis Urubko hace ya algunos días y de lo que se han hecho eco más de un medio de comunicación: la expedición invernal que habíamos preparado para el K2 se ha suspendido definitivamente. Parece que el Gobierno chino ha esperado hasta el último momento para denegarnos el permiso de entrada en el país. Alegan “problemas de seguridad” derivados de los “atentados” que últimamente se han repetido en la zona a la que nos dirigíamos.

Tengo claro que la montaña tiene también mucho de esto, situaciones difíciles que le hacen a uno sentirse frustrado. Pero el saberlo no me ha librado de la rabia al ver cómo todo se desvanecía. Encajé la noticia con mucha pena, sobre todo por tod@s aquell@s que, de una manera o de otra, han contribuído a dar cuerpo a este proyecto. No me queda más que agradecerles su esfuerzo.

De todas formas, seguiremos adelante. ¡Para el 2015, nos sobran planes y ganas de seguir viajando, escalando y disfrutando de la compañía de nuestr@s amig@s! Muchas gracias a tod@s.