Everest (8.848 m).
La nueva aventura de Alex Txikon es, sin duda, el reto más extremo de su carrera, incluso uno de los mayores desafíos actuales en el mundo del alpinismo, si no el mayor de todos, y consiste en ascender el techo del mundo en pleno invierno y de la manera más pura, sin la utilización de oxígeno artificial. Temperaturas de -60 ºC, vientos huracanados de 150 km/h que pueden barrer literalmente la montaña y una cumbre que se encuentra rozando la estratosfera son los ingredientes fundamentales para justificar que aun nadie lo haya conseguido en puro invierno.