27/02/2020 Imposible llegar a Campo 3, hay que bajar

Esta mañana, a pesar de la nieve caída el día anterior, ya con cielos claros pero con el viento de vuelta, Alex salió del Campo 2 hacia la pared del Lhotse. Según su tracker, escogieron la ruta normal y no la variante que habían escalado la semana anterior. Sin embargo, en un momento dado se dieron la vuelta y regresaron al Campo 2. Poco después llegaron noticias del propio Alex:

"Imposible. 45cm de nieve inestable en la pared del Lhotse hacen el ascenso a Campo 3demasiado peligroso. Ayer las avalanchas ya nos dieron unos cuantos sustos. ¡Qué rabia, estamos fuertes y con ganas, pero las condiciones no nos dejan seguir! Tenemos que bajar. De vuelta, volveremos a atravesar el flanco del Nuptse y la cascada de hielo. Tendremos cuidado."


26/02/2020 Campo 2, pese a todo

Otro día muy duro para Alex y los nepaleses. Esperaban algo de nieve, pero no los 70cm que han caído en C1. La nula visibilidad y las grietas recién cubiertas han hecho de la ruta a Campo 2 un recorrido traicionero. Pese a ello, han podido llegar todos bien a Campo 2, donde ahora descansan.


25/02/2020 Asalto a cumbre, día 1: Impresiones de Alex Txikon desde Campo 1

“Ya estamos dentro del saco, como podemos: en una tienda estamos Ming (Temba), (¿Pasang?), Tashi y yo, y en la otra Furba, Cheppal, Pechhumbe, Geljen lama y Nurbu,” ha explicado Alex Txikon a su equipo por radio. “El día ha sido durito y la noche que nos espera va a ser más dura aún.”

Los 9 escaladores se aprietan en dos tiendas en el Campo 1, sin esterillas, porque el plan era haber alcanzado Campo 2 hoy. “Pero es que estaba la cascada complicada y luego no se veía nada,” ha explicado. “Podíamos haber seguido llegar de noche al Campo 2, pero si nos cae una avalancha desde el flanco del Nuptse y no ves a los demás… hay que tener cuidado. Al final hemos decidido quedarnos aquí.”

Efectivamente, las condiciones meteorológicas y dificultades en la cascada han retrasado al grupo, como ha descrito Alex:

“La meteo bien, pero el día "cabroncillo", no se veía nada. Primero han caído 10 cm y luego 20 cm de nieve. El equipo de Breathless (“Breathless Winter Everest Speed Climbing Team”, organizado por la agencia 7 Summit Treks) viene más cargado y les ha costado más. A Campo 1 he abierto huella yo, hemos puesto tres escaleras más y la cascada aguantará no más de cinco días porque hay zonas en que está peliaguda, con muchos puentes que cruzar.”

“La temperatura en un momento ha subido y se ha abierto un poquito y ha hecho calor, pero la tarde ha sido fría y con viento.”

En cuanto a los planes para mañana, se dividirán en dos grupos. “Saldremos un primer grupo a las 3am o 4am, y otro más tarde, y veremos. Se ve bastante bien, pero a ver si no caen piedras, como va la meteo,etc. No sé si saldré en el 1er equipo o en el segundo, seguramente en el primero. Calculo que en 3 horas estaremos en el C2, en 4 horas a 6700 (en la rimaya que se abre al pie de la pared del Lhotse) y no se cuál de las rutas decidirán (Tashi Lakpa y sus compañeros de la expedición Breathless). Yo desde luego prefiero subir por la que fuimos (la semana pasada); me parece más segura y más cómoda, el recorrido es más corto. Si no caen piedras, pues bien, me imagino que querrán ir por la normal, ya que están acostumbrados a tirar por allí, y es verdad que allí tenemos almacenadas 7 bobinas de 200 metros , a 6700 en la rimaya.”

Es posible que al grupo se una Halung Dorchi, del equipo de Tashi, que esta mañana no salió del Campo Base aquejado de dolores de cabeza. Por lo demás, como destaca Alex, los dos equipos suben juntos y colaborando. “Hay muy buen ambiente entre los 9 que estamos aquí; la gente sale motivada e ilusionada.”

Foto: @DiegoMartínezPh


24/02/2020 Momentos críticos para la expedición a 24 horas del asalto final

Estos han sido unos días complicados para la expedición. En un momento crítico, cuando se acaban los días de permiso (termina el viernes) y se busca ansiosamente una mínima ventana que permita a Alex Txikon intentar alcanzar la cubre del Everest, donde lleva un mes trabajando y soportando duras condiciones, han surgido algunos contratiempos inesperados. El primero es que de los tres escaladores Sherpas que acompañan a Alex, dos no se encuentran bien: Pechhumbe tiene un fuerte catarro que arrastra desde hace días y no mejora, mientras que Nurbu acusa los días y la dureza del Everest invernal; está cansado. Por si fuera poco, Mingma, el “Ice Doctor”, abandonó la expedición hace una semana.

Tras las bajas de Jonatan García y Oscar Cardo, el equipo de Alex ya era minimalista, pero desde luego sin estos tres sherpas en buena forma, cualquier intento es directamente imposible.

Ayer, además, llego una noticia inesperada: Tashi Lakpa Sherpa, CEO de la potente agencia nepalesa 7Summit Treks, ha puesto en marcha la expedición “Breathlless Winter Everest Speed Climbing Expedition” con la que pretende batir un récord invernal subiendo al Everest en 5 días.

La expedición de Alex Txikon no conocía esto hasta que el mismo Tashi se lo comunicó hace dos días. Ha sido un shock pero Alex lo ha tomado de forma positiva. Esto es lo que ha comentado desde el Campo Base:

“Ellos son nepaleses y nosotros unos turistas más en su país. ¿Por qué todo el mundo piensa que se van a aprovechar de nuestro trabajo? ¿Y por qué no nosotros del de ellos? Claro está que nosotros hemos trabajado duro, que hemos equipado y reequipado en infinidad de veces la cascada del Khumbu y que nos han caído piedras como proyectiles, pero al igual que el 26 de febrero del 2016 llegamos por primera vez a la cumbre del Nanga Parbat en invierno, tras haber ejecutado Alli Sadpara y yo el 90 % del trabajo, y dimos la oportunidad a Simone Moro y Tamara Lunger, ahora haremos lo mismo. No soy quién para vetar a nadie, el Everest no es mío ni pertenece a nadie, pero es que además trataremos de arreglarnos y colaborar, ya que un equipo más numeroso tiene más posibilidades.”

Por otra parte, al conocer la noticia pensamos en una solución para nosotros: cubrir las bajas de Migma y de Pechhumbe, que no puede subir con su tos empeorando cada día. He de agradecer a Tashi que ha permitido que vinieran en su helicoptero Furba, para sustituir a Mingma, y Cheppal Sherpa, con quien ascendimos al Ama Dablam hace tres semanas, para que pueda apoyarnos al menos hasta Campo 2, ya que seguramente haya perdido aclimatación.”

“Si todo marcha bien, mañana saldremos para arriba un equipo de 10 personas unidos, primero, por la voluntad de sobrevivir y, segundo, por la esperanza de tener la oportunidad de realizar un ataque a cumbre. A partir de mañana veremos cómo funciona esta posible alianza.”

“Como curiosidad, quería deciros que subimos otra vez cargados con peso: los nuestros subirán su equipo personal más las 5 botellas de oxígeno que previamente habíamos subido y luego bajamos del C2. Tal vez Nurbu y Geljen Lama no tengan ocasión de usarlas, ya que sólo lo harían, si así lo deciden, en caso de un asalto a cima, desde el Campo 4. Es únicamente su decisión, aunque yo los animo a que lo intenten a pulmón, porque “les sobra canto”.”

“Esta es la realidad y de aquí en adelante veremos si somos capaces de funcionar como un equipo y llegar lo más alto posible. Lo curioso de todo esto es que aquí se respira super buen ambiente, aunque nos acordamos mucho de Jost Kobusch, que ahora descansa en su Campo 2 en la Arista Oeste del Everest. Por eso nos duele leer noticias dando por hecho que se nos unían cuatro nuevos sherpas, como si nosotros comerciáramos con gladiadores para un “pan y circo” cruel, y ellos no fueran una expedición de pleno derecho. Cada equipo tiene su permiso de ascensión, su logística, su líder… Por cierto, nosotros contamos con 7 Summit Treks para el Ama Dablam pero, en el Everest, nuestro operador es Outware Expeditions. Como veis, es una información accesible y a disposición de todos los que nos preguntan. Es innecesario publicar información sin contrastar, basándose en conjeturas y sacando conclusiones erróneas.”

“En todo caso, nosotros debemos enfocar ahora toda nuestra energía en la montaña, en llegar los más arriba que podamos y, sobre todo, en volver sanos y salvos a casa.”


16/02/2020 Los que duermen con las piedras

Si no me equivoco, hoy es domingo, 16 de febrero. Llevamos tres días de dura actividad. El día 14 salimos a reequipar la cascada del Khumbu durante 9 horas de trabajo, duro pero apasionante. De vuelta al Campo Base, descansamos apenas unas horas y salimos de nuevo. A la 2.15am del 15 de febrero estábamos en pie Pechhumbe, Geljen Lama, Nurbu, Oscar y yo. Partimos hacia el Campo 2 en una noche preciosa, con nervios y algo de sueño, cargadísimos, pero a buen ritmo. Caminamos bajo una luna menguante que tiñe el valle de una luz mágica; no puedo parar de hacer fotos. Voy pensando que somos unos privilegiados.

Al pasar por Campo 1 cargamos incluso algunas cosas más. Oscar viene como una moto, sonriente y poderoso; es un tipo muy fuerte. Sin embargo, ya muy cerca del Campo 2, a apenas 1 km, su paso cambia totalmente. Deja de coordinar, se siente mal, dolorido… Me doy cuenta de que posiblemente sufre un edema severo. Hay que tomar decisiones: nos dicen que, ante todo, uno ha de ser fuerte y valiente, y bajar por sus propios medios, pero lo cierto es que, en su estado, enfrentarse de vuelta a la cascada del Khumbu podría ser letal. Pido opinión a Sergio y a Diego que esperan en el CB, y les comento que no veo a Oscar, en su estado, rapelando con mochila por los seracs de la cascada. Nos la jugamos a pedir un helicóptero para la mañana siguiente, confiando en que Oscar aguante una noche en el Campo 2, porque la otra opción es meterle entre grietas seracs, arriesgándonos a un vivac a pelo en pleno invierno, lo que podría ser peligrosísimo. Todos estamos asustados y pienso, “joder, por favor, que todo se quede en un susto…”.

Me cargo a la espalda su mochila y la mía y, con ellas a cuestas, de pronto me viene a la cabeza una canción: “suela de alpargata”, una canción preciosa que no tiene nada que ver con la situación que estamos viviendo, pero que habla de cuando los tiempos eran duros de verdad y rendirse significaba la muerte. Después de todo, nosotros estamos aquí por gusto… Pero en cualquier caso me motiva y me ayuda a pensar con claridad y pelear. Al fin llegamos al Campo 2, desde donde llamamos a Antonio Cid, un médico amigo de Oscar que me da instrucciones concretas sobre cómo cuidar a Oscar y qué medicinas administrarle. Por suerte, en un momento dado su fuerte organismo empieza a reaccionar. Además de una gran persona, Oscar es bombero de profesión y eso cuenta. Ha sabido estar en todo momento y ha dado lo mejor de sí mismo, pero estas cosas pasan y, a esta altura, siempre son graves. A veces no recuerda algunos de los duros momentos vividos. Apenas duermo, le velo y me preocupo… Psicológicamente es muy duro, pero aguantamos hasta que, as las 7.40am aparece el helicóptero en el Campo 2 y se lleva a Oscar, en un visto y no visto, como en esas películas de Hollywood. En cuestión de minutos, sé que Oscar ha vuelto a la vida. Pronto me comunican que está en un hospital de Katmandú y que evoluciona favorablemente. Nosotros volvemos a respirar.

Sin apenas pensarlo, nos armamos con nuestro equipamiento y tiramos para arriba otra vez, Pechhumbe, Nurbu y Tenzen lama. No sopla viento, pero hace mucho frío. Valle arriba, la sombra del Lhotse nos engulle, hasta que llegamos a la rimaya cargados como mulas. Con los dedos adormecidos, casi sin dormir y sin beber, empezamos a equipar la ruta hacia el Campo 3. Pero las piedras caen sin cesar desde la erosionada pared Oeste del Lhotse. Aguantamos, hacemos varias intentonas, pero el viento de NO nos perjudica y observamos que, a cota 8.000, sopla con fuerza. No podemos jugárnosla así. Paramos. Estamos bien dentro de lo que cabe y aquí aguantaremos, dejándonos la piel, como lo hicimos ayer y lo haremos siempre, pero con cabeza fría y precisión. Seguiremos siendo eficaces y, modestia aparte, bastante buenos estrategas, aunque lo cierto es que no tenemos la última palabra.

Ni por aguas heladas ni por noches de cristal.

Suela de alpargata, con ropa humedecida

Hay que cruzar el río antes que se haga de día.

Suela de alpargata, embistiendo la montaña

Entre matorrales con las piernas arañadas.

Suela de alpargata, en las entrañas de la tierra

Los que hablan en voz baja, los que duermen con las piedras...

(Barricada: "Suela de Alpargata")

https://open.spotify.com/track/3zUrhDyjPnWCVxW7yRfWIk?si=5pEyXdkVSIW39WR1UdlmNg

Foto: Diego Martínez @DiegoMartinezPh


10/02/2020 Sol y planes de escalada

Descendimos del Campo 2 el día 7 de febrero, en condiciones durísimas y con una sensación agridulce por no haber conseguido llegar al Campo 3. Qué le vamos a hacer, la montaña es la que manda.

Estos días atrás hemos descansado, recibido la visita de amigos y hoy, por fin, hemos disfrutado del primer día sin viento en el Campo Base: incluso nos acercamos al chorten a pedir buena suerte y buenos presagios. Hoy es un día de planificación y preparativos para el siguiente “pegue” al Everest. Saldremos, si el tiempo lo permite, el miércoles o el jueves hacia la pared del Lhotse para instalar el Campo 3 y, si es posible, luego continuaremos fijando la ruta hacia el Collado sur, a 8.000 metros, con la intención de montar allí el Campo 4. Si conseguimos todo esto, después estaríamos preparados para lanzar un asalto a cumbre. Somos optimistas, creemos que vamos a tener la oportunidad con la que tanto soñamos. Además, este año se cumple el 40 aniversario de la primera ascensión inverna al Everest, a cargo de los polacos Krzysztof Wielicki y Leszek Cichy, y eso nos motiva aún más. Mi intuición me dice que, tal vez, entre el 25 y el 29 de febrero podría llegar el día... pero ya veremos. Iremos paso a paso.

Foto: Diego Martínez


11/02/2020 Pronto saldremos hacia arriba

Hoy el día ha amanecido muy bueno, pero el nerviosismo se apodera de nosotros ya que en breve volveremos a medirnos con el Everest. Nos preparamos mentalmente, imaginamos lo que nos espera, tratamos de memorizar la cascada de hielo del Khumbu, la gran rimaya a 6700mt, etc. Tenemos la motivación por las nubes, pero también muy presente que enorme “sopapo” que nos puede dar el Everest.

Hoy Oscar ha cumplido los 43 años y hemos podido hacer un hamaiketako en “la calle”. Después los cinco “occidentales” hemos dado un paseo caminando, morrena arriba. Pechambe, Tenzen y los demás nepaleses han preferido quedarse apostando a las cartas como suele ser habitual; ellos le llaman timepass. Nosotros hemos caminado, conversando junto a la perrita Khumbu, que también ha querido acompañarnos. Diego inmortalizaba estos momentos únicos mientras Oscar y yo poníamos nuestras piernas a punto buscando sensaciones que, por cierto, han sido muy positivas.

Foto: Diego Martínez - @DiegoMartinezPh

Mis compañeros me han apodado “el chatarrero del Khumbu”, porque nos hemos acercado a la zona donde afloran objetos que arrastran los hielos del glaciar, y yo no paro de encontrar cosas que me parecen valiosas, testigos de expediciones del pasado… pero que para los demás no son más que chatarra. En fin, este “chatarrero del Khumbu” pronto saldrá hacia los campos de altura. Si todo sigue según lo previsto, el finde semana lo pasaremos por arriba, mientras Sergio, Eneko, Diego y el resto nos apoyan desde el Campo Base.

Hasta pronto amigos


02/02/2020 El mazazo

Hoy día 2 de Febrero todo parecía a nuestro favor: llevamos a cabo la puya, ceremonia budista, como es costumbre una vez que está el equipo reunido al completo. Sin embargo, aunque para nosotros la expedición al Everest invernal comenzó el día 31 de enero, el equipo local de logística y escaladores partió de Katmandú el día 28 de diciembre, a excepción de Norbu, que salió el día 6 de enero. El día 7 de enero fijaron el Campo Base, pero el fuerte viento, que casi destruye todas las tiendas, les hizo retroceder a Gorak Shep durante 4 días. De regreso, han realizado grandes avances: han fijado 2000 metros de cuerda entre CB y C1 (a 6050m) con 11 tornillos de hielo, 25 estacas y 47 escaleras (estas últimas, aun sin fijar)

Ayer, día 1, subimos hasta el Campo 1,depositamos las tiendas Ferrino que utilizaremos y una buena cantidad de cuerda. De momento no se ha pasado del Campo 1, aunque tenemos idea de partir rumbo al Campo 2 el día 4.

Hoy, junto con Jonatan, subimos a fijar un par de escaleras necesarias en la zona baja de la cascada, ya que ayer nos dimos cuenta de que en cuestión de días no podríamos flanquear unas grietas que se abrían en esa zona. Portear escaleras de aluminio por la cascada de hielo del Khumbu es trabajoso y difícil; en realidad, todo el trabajo de equipamiento en la inmensa cascada es complicado y requiere mucha experiencia. Nosotros, en nuestro tercer invierno aquí, ya sabemos bien de lo que hablamos. Podemos decir que algo sabemos de esto.

Salimos del Campo base después de comer y una hora más tarde estábamos en la zona donde hemos fijado las escaleras. Cuando estábamos trabajando hemos oído un estruendo y el puente de hielo en el que nos encontrábamos ha cedido… y Jonatan se ha precipitado en la grieta. Cuando se ha hecho el silencio, le he visto colgando a unos 12 d¡metros de profundidad. Menos mal que llevaba la Microtraxion de Petzl en el arnés y enseguida Jonatan veía nuevamente la luz. Hemos solicitado un rescate para mañana ya que le cuesta respirar y tiene como mínimo fisuradas un par de costillas.

Todo ha quedado en un gran susto y con suerte mañana estará en Katmandú, pero es una gran pérdida en el equipo: Jonatan ha hecho un esfuerzo enorme en el Ama Dablam, donde lo dio todo a pesar de llevar los pies “justos” de frío. Ha mostrado una motivación inquebrantable y solidez a la hora de actuar. Ahora está descansando y se encuentra bien aunque dolorido.


CRÓNICA: Ascensión invernal al Ama Dablam

De todo lo vivido hasta ahora, la cumbre es lo menos importante. Durante la semana de trekking para llegar hasta aquí, hemos disfrutado de un paisaje precioso, con nieve en cotas bajas y, lo más excepcional de todo, en soledad. Aunque el valle del Khumbu es una de las zonas más visitadas de Nepal, apenas nos cruzábamos con extranjeros como nosotros. Creo que esto es clave: no debemos olvidar que somos meros invitados a Nepal. Una vez en el Campo Base, la expedición ha ido pasando por diversas fases. Mientras, el grupo de Amiab emprendió camino hacia el Campo Base del Everest, que alcanzó dos días más tarde, cumpliendo un objetivo muy meritorio. Los chicos están de vuelta en Katmandú, disfrutando de un merecido descanso.

Celebramos la puya el día 20. Como nuestro compañero Temba es lama, fue una ceremonia preciosa. El día 21 arrancamos hacia el Campo 1, ubicado a unos 5.800 metros, pero el viento tiene sus propias intenciones: no nos dejaba mantenernos en pie, y mucho menos avanzar. Pasamos una noche muy, muy dura en el Campo Base Avanzado, sin poder dormir un segundo, soportando viento de más de 100km/hora. Sin embargo, no tiramos la toalla y pudimos continuar hasta el Campo 1, ya que la ruta no presenta dificultad técnica. Tampoco había nieve en aquel tramo; apenas encontramos pequeños neveros donde poder coger nieve para derretir. Por la mañana, Jonathan se quedó en la tienda y Cheppal y yo continuamos hasta el Campo 2, a 6050mt, cargados con 30kg de material a la espalda cada uno que dejamos allí, y luego regresamos a dormir al Campo 1. .A la mañana siguiente salimos ya todos juntos hacia el Campo 2, disfrutando de las vistas, de la soledad y de la hermosura del invierno, ya que nos brinda la oportunidad de admirar el Ama Dablam, una de las montañas más bellas del planeta, en su estado puro. Desde el Campo 2, ya en el asalto a cima, seguiríamos equipando la ruta, hasta la misma cumbre: en nuestro equipo hay personas con menos experiencia y no renunciamos a escribir un segundo capítulo de esta crónica junto a ellos. Por si el tiempo lo permite, he dejado todo mi equipo en el Campo 1 y espero poder ayudar a mis compañeros en todo lo que pueda en estos cinco días que quedan antes de que nos “mudemos” al Everest.

El día de cumbre, 25 de enero, fue duro. Demasiado duro, la verdad. El Ama Dablam no nos lo puso nada fácil: en dos ocasiones estuvimos a punto de darnos la vuelta, pero habíamos trazado el ataque minuciosamente en los días previos, y no queríamos perder la oportunidad. No sé mucho de líderes, pero sí sé que un buen compañero de expedición estudia minuciosamente la ascensión y no descansa un solo segundo. Me fijo cada día en qué come cada uno, cuándo van al baño, cuanto orina cada uno. Venimos con la intención de trabajar y aclimatar y por ello vamos con el equipo justo: sólo un par de calcetines cada uno, los guantes deshilachados que utilizamos para equipar, sin botiquín… Ahora la conciencia me pesa demasiado.

Por el contrario, mi reloj Garmin ha sido un gran compañero: nos daba datos de saturación de O2 y frecuencia cardiaca, se ha tirado semanas sin recargar las baterías y ha aguantado hasta mi llegada a Campo Base. Además, los días que las apneas o taquicardias afloraban, los datos del Fenix6 nos mostraban nuestro estado real, no lo que nos gritaba nuestra mente.

Gracias a todo ello, el día 25 a las 3am pusimos los infernillos en marcha en una gélida noche a 35 grados bajo cero, con viento muy fuerte, y nos preparamos para salir. El viento parecía excesivo para salir, y lo cierto es que podríamos haber esperado hasta las 7am, tal y como Jonatan sugería insistentemente, pero si queremos sobrevivir al Everest hay que medirse antes con estas condiciones. En entornos tan duros, tienes que medirte y conocer bien tus opciones.

Álvaro Sanz, un compañero de la expedición y fotógrafo, me ha dicho que está convencido de que yo siempre me guardo un as en la manga. No sé si será así, pero siempre, siempre pienso primero en mis compañeros. El viento es tan fuerte y frío que temo, primero, por mis amigos y después, por mi nariz. Aguantamos el primer envite a pesar de ir cargados y equipando. Kalden, Pasang, Cheppal y Jonatan lo están haciendo de maravilla. Llegamos a una rimaya que en principio parece infranqueable. Está tan abierta que parece no acabar nunca, pero al final encontramos un resquicio por donde pasar. Las horas se suceden y nosotros avanzamos lentamente. De vez en cuando tengo que cerrar los ojos para protegerlos del viento helado que nos pega de frente. Ya no disfruto. Empiezo a pensar que esto es demasiado duro, que no…

… Entonces miro al cielo. ¡Qué hermosura, qué noche tan estrellada! En el abismo se ven las luces de ladeas como Kunde, la zona alta de Namche Bazaar… El amanecer es aún más bonito, pero nuestras mentes ya casi no son capaces de apreciar la belleza. Antes de salir de casa uno hace miles elucubraciones sobre lo que va a sentir y cómo va a ser la escalada; pero luego la naturaleza impone sus normas. A 6500 metros sentimos que nos falta un mundo; el Ama Dablam es una montaña técnica y muy vertical que no nos da respiro alguno, y menos aún al ir equipando. Nos turnamos en cada largo y los tiempos de espera en las reuniones son agónicos. El sufrimiento es cruel, pero si de verdad te gusta eso que haces, todo es soportable allí arriba. Desde el Campo Base nos llegan palabras de ánimo. Y con ese aliento, tras seis o siete horas, finalmente alcanzamos la cumbre del del Ama Dablam: Kalden, Pasang, Cheppal, Jonatan y yo.

Reflexionando, ahora pienso que la noticia de cumbre debería empezar diciendo: “Kalden Sherpa, de Pengboche, escala por decimoquinta vez el Ama Dablam, acompañado por…” Supongo que por desgracia esto no va a ser así, pero al menos tengo la ocasión de expresar aquí mi profunda admiración hacia mis cuatro compañeros que lo han dado todo y han creído en mí. Espero no haberles fallado. También, cómo no, quiero agradecer sinceramente su apoyo al resto del equipo. Y no olvidemos a temba, que desde que hablé con él a las 4.15.a.m, estuvo toda la noche rezando oraciones budistas, mientras se paseaba por el campo base a veintitantos bajo cero.

Ya de vuelta al Campo Base, cuando he ido a darle las gracias, me ha dicho que a él no tengo por qué dárselas porque es budista y las oraciones son su aportación, pero estoy seguro de que sus rezos tuvieron algo que ver con nuestro éxito.

Al final del día, llegamos a la “verdadera cumbre”, es decir, de vuelta al Campo Base, unas 5 horas después de la cima Pasang y yo, mientras que Cheppal, Jonatan y Kalden llegaron cuatro horas más tarde.

Ya en casa, todo es diferente. Nuestros amigos nos recibieron con una calurosa bienvenida y una celebración emotiva. Me siento contento, pero espero que el resto del equipo pueda tener su oportunidad. Hemos hecho un trabajo durísimo equipando la montaña, hemos sufrido, pero también lo hemos disfrutado.

Buscando un recuerdo imborrable de aquel día, creo que, en total, en los 6812m (o 6.858m) de la cumbre apenas estuvimos 30 minutos, pero los disfruté como si fueran mis últimos momentos en la Tierra. Desde allí arriba no podía dejar de admirar el panorama de montañas que se abría ante mí de Este a Oeste: Kanchenjunga, Jannu, Makalu, Lhotse, Everest, Pumori, Shisha Pangma, Tawoche, Cholatse, y cientos de montañas de 6000 y 7000 metros. Espero que veáis las imágenes y videos que grabé porque es imposible describir con palabras esa preciosidad. Una vez más, la naturaleza me sobrecoge y Nepal y su gente me sigue sorprendiendo.


25/01/2020 ¡Cumbre en el Ama Dablam!

Alex Txikon, Jonatan García, Pasang Sherpa, Cheppal Sherpa y Kalden Sherpa han hecho cima en el Ama Dablam (6.858m) hoy a las 10:15am, hora local. Ha sido una ascensión dura, con fuerte viento, frío intenso, trabajo arduo fijando la ruta a medida que ascendían, y algunos pasajes técnicos en condiciones complicadas. Sin embargo, los cinco miembros de la expedición que habían salido hacia las 430am del Campo 3, han culminado con éxito la ascensión. Seguidamente, han regresado al Campo Base con notable rapidez.

El resto de miembros de la expedición se encuentran en el Campo Base y esperan una oportunidad, si las condiciones meteorológicas lo permiten, para intentar también escalar la montaña antes del final de la expedición. En cuanto a Alex, el plan es trasladarse al Everest, el objetivo final de la expedición Road to Himalayas, al comienzo de febrero. Allí, intentará la escalada al Everest en invierno, sin oxígeno artificial, por la ruta del Collado Sur.