19/01/2020 El equipo toma posiciones al pie del Ama Dablam y hace planes de escalada

Alex Txikon y su numeroso equipo se han instalado en el Camp Base del Ama Dablam y ya planean la escalada de esta impresionante montaña de 6.848 metros de altura. Los miembros de la expedición alcanzaron el Campo Base, a 4.600 metros de altitud, el pasado día 16, tras seis magníficos días de trekking, cruzándose con muy pocas personas, sin problemas de salud de ningún componente del equipo y unas condiciones meteorológicas muy buenas, aunque este año, a diferencia de las dos ocasiones en que el alpinista vizcaíno visitó el valle del Khumbu en invierno, esta vez han pisado nieve desde la salida de Namche Bazaar, la capital de los Sherpas, a 3.400 metros.

En este sentido, destaca Alex, hay que destacar el meritorio papel de Jesús, José y Alejandro, los tres chicos discapacitados pertenecientes a la asociación Amiab y sus monitores, que todavía están acompañando al resto de la expedición en el Campo Base del Ama Dablam, pero que el próximo día 23 esperan llegar a Gorak Shep, a 5.100 metros de altura.

La presencia de nieve ha permitido a Alex aplicar las lecciones aprendidas el invierno pasado en el K2 y, en sólo cuatro horas, construir un Iglú. “Se podría decir que somos ya expertos en construir iglús,” comentaba Txikon, para quien el año pasado estas construcciones de hielo supusieron un gran descubrimiento, ya que mantienen una temperatura muy superior a la de una tienda, aíslan del ruido y permiten conciliar mejor el sueño, lo que luego se traduce en enfrentarse a la escalada en mejores condiciones físicas. “No es nada sencillo levantarlos, pero merece la pena,” explicaba Alex. “Mientras algunos de nuestros compañeros pasaban frío al caer la noche, dentro del iglú la temperatura se mantuvo contante a -2ºC.” Por lo demás, el Campo Base está perfectamente instalado y organizado gracias a 7 Summit Treks, la agencia Nepalesa que se encarga de la logística de la expedición.

En cuanto a los planes inmediatos de los escaladores, el lunes día 20 se llevará a cabo la Puya, u ofrenda a los dioses de la montaña, y que supone el comienzo oficial de la escalada, aunque esta tendrá que esperar un día porque el martes de espera un empeoramiento del tiempo. “Casualmente el día 20 hará dos años que hicimos cumbre en el Pumori,” recuerda Alex. “En esta ocasión, tenemos muchos días por delante y la montaña se encuentra en condiciones excelentes.” Algunos miembros del equipo ya han explorado la ruta hasta el Campo 1 y, si el miércoles las condiciones meteorológicas mejoran tal y como está previsto, todos subirán a dormir al Campo 1 y, de ahí, “para arriba,” según comentan, sin dar detalles de la cota que prevén alcanzar. En todo caso, según las fechas previstas por el líder de la expedición, deberían completar la escalada en los próximos 12 días, antes de fin de mes.

La experiencia está siendo especialmente intensa para Ramón Portilla, pionero del himalayismo español, que ya había intentado el Ama Dablam hace 23 años (escalaba solo y se quedó a cien metros de la cumbre) y se unió a la expedición en el último momento. “Ramón no me creía cuando le decía que, durante el trekking, a veces es posible ir en camiseta en pleno invierno Himaláyico,” dijo Alex. “Ahora sí me cree, y también empieza a creer que, realmente, esta vez va a escalar el Ama Dablam. Desde luego, ahí estaremos todos los miembros del equipo, para apoyarle sin dudar. De hecho, el ambiente de la expedición es muy bueno.”

Lo cierto es que el grupo que escalará el Ama Dablam es muy numeroso (Oscar Cardo y Jonatan García, que también intentarán el Everest, Ramón Portilla, Félix Criado, Sergio Pérez, Francisco Miguel Fernández, Alejandro Albacete, David Javega, Jesús Morales, José Manuel Zapata y Francisco Hurtado, más los nepaleses Pasang Sherpa y Chhepal Sherpa) y para el veterano Portilla fue algo chocante al principio. “Ahora, en cambio, está encantado, sobre todo con los chavales de Amiab, de los que no se separa en todo el día,” afirma Alex. “Somos un grupo muy grande, pero el ambiente de armonía es tan gratificante… Esperamos seguir disfrutando de cada momento como lo hemos hecho desde que nos reunimos todos en Katmandú hace diez días.”

Fotos: Álvaro Sanz. https://www.expedicionpolar.com/


20/01/2020 Alex Txikon llega al Campo 2 en el Ama Dablam – Los chicos de Amiab triunfan en el Kala Pattar

Esta mañana han llegado buenas noticias desde los dos grupos pertenecientes a la expedición Road to Himalayas, liderada por Alex Txikon.

Por un lado, el grupo de trekking compuesto por los montañeros con discapacidad de la asociación Amiab Juan Alejandro Martínez, José Urbano y Jesús Bermúdez, junto a sus monitores, han conseguido llegar hoy no sólo a Gorak Shep, cumpliendo así con el reto de superar los 5.000 metros de altitud, sino que después han ascendido el Kala Pattar, ¡a 5,300m.! Este mirador es, en realidad, un hombro o contrafuerte del Pumori, ubicado estratégicamente frente al grupo Everest-Lhotse- Nuptse y que por tanto ofrece una panorámica inigualable de las tres cumbres que, por ejemplo, no son visibles desde el Campo base del Everest.

El momento ha sido muy emocionante. Los chicos están todos bien y como locos de alegría, según Ignacio de Zuloaga, que decidió en el último momento dejar el Campo base del Ama Dablam y acompañarlos junto a los cuatro monitores y Oscar Cardo. “Ahora dicen que quieren subir también al Pumori,” comentaba Ignacio.

Mientras, en el Ama Dablam Alex Txikon, Joanatan García, Félix Criado y Cheppal Sherpa, salieron finalmente ayer hacia el Campo 1 a pesar de un viento fortísimo que, según Alex, literalmente les tiró al suelo en alguna ocasión (él calcula que llegó a los 100km/h). Al llegar a dicho Campo, a 5.400 metros, descubrieron que el viento también se ha llevado tres tiendas y parte del equipo que otros miembros del equipo habían depositado el pasado domingo. "Dura noche," ha transmitido el vizcaíno vía satélite. Pese a todo, esta mañana Cheppal y él han seguido subiendo para fijar la ruta y portear material hasta el Campo 2, a 5.900m. Cada uno iba cargado con dos bobinas de cuerda para ir equipando la ruta a medida que escalaban por la pared de mixto y roca. Según las últimas noticias, Jonatan se había quedado en la tienda del C1 y Félix pensaba regresar al Campo Base. En todo caso, estos detalles en ocasiones pueden no ser definitivos a porque a veces algunos de los mensajes parecen llegarnos con cierto retraso.


20/12/2019 Mar gruesa, carreteras y viejos amigos en nuevos proyectos

Después de dos días recorriendo las playas barridas por el viento y las colonias de pingüinos de las Islas Malvinas (Falkland), Alex Txikon y su equipo zarparon de Port Stanley el martes a bordo de un velero de 60 pies de eslora y 4 metros de manga, con rumbo Sur. El barco, capitaneado por Ezequiel Sundblad y su hijo Santi, navega a vela siempre que es posible, a unos 6 nudos de media, rodeado de delfines, albatros y el océano oscuro cuya temperatura ronda los 4ºC.

Los primeros dos días el mar y el viento estuvieron en calma, algo inusual en esta zona. La situación ha cambiado, sin embargo, o hace unas horas cuando, flanqueando el Cabo de Hornos, se han internado en el Pasaje de Drake, el paso más al sur entre los océanos Pacífico Atlántico, y conocido por los marinos de todo el mundo por sus frecuentes tormentas. Se trata del área del océano que separa ese punto de las Shetland del Sur, y que también se conoce como Pasaje o Mar de Hoces, en honor de su descubridor Francisco de Hoces, que lo descubrió setenta años antes de la travesía del corsario británico Sir Francis Drake. Los expedicionarios apenas han podido enviar unas líneas reconociendo que el mar “les está dando caña” y que los mareos empiezan a hacerse notar.

Nuevos fichajes para el Ama Dablam invernal

Entretanto, en España, el madrileño Ramón Portilla confirmaba ayer que ha decidido unirse al equipo de Alex en su ascensión al Ama Dablam invernal. Portilla es un referente del alpinismo y los deportes de aventura desde los años setenta y uno de los pioneros de la serie “Al Filo de lo Imposible”, de la que participó como especialista en más de 60 episodios. También fue el primer español que ascendió la cumbre más alta de cada continente. Tiene en su haber la cima de cuatro “ochomiles” y ha intentado tres más pero, sobre todo, su afán se centra en buscar y escalar las montañas más bellas del planeta. Lógicamente, no ha querido dejar pasar la ocasión de regresar al impresionante Ama Dablam, 23 años después de su primera tentativa.

Por su parte, Alex ha mostrado su entusiasmo por la noticia vía satélite, desde el velero: “Me hace especial ilusión que se una a nosotros,” ha dicho. “Es una bellísima persona, con el que vamos a disfrutar cada paso, y nos va a enseñar muchísimo de la montaña y de la vida.” Txikon comentó además que, cuando Ramón le llamó para preguntar sobre la expedición, a Alex se le “encendió la bombilla” y le invitó de inmediato. “Además, yo no sabía que en un intento anterior se había quedado a 100 metros de la cumbre,” comentó el alpinista vizcaíno. Portilla, por su parte, publicó ayer en redes sociales que no tenía pensado volver al Ama Dablam, que en temporada habitual de escalada suele estar masificado. “Pero cuando me enteré de que Alex Txikon y su equipo iban a ir este invierno para aclimatar antes del Everest, no me he podido resistir y aunque como siempre no es el mejor momento, me voy con ellos,” escribió.

El equipo que escalará el Ama Dablam también incluye a Oscar Cardo y Jonatan García (que luego intentarán el Everest junto a Txikon), Sergio Pérez, Francisco Miguel Fernández, Alejandro Albacete, David Javega, Jesús Morales, José Manuel Zapata y Francisco Hurtado y los nepaleses Pasang Sherpa y Chhepal Sherpa, así como a Félix Criado e Íñigo Gutiérrez, que actualmente se dirigen por carretera hacia el punto de encuentro, acompañados en el vehículo por Iker Mediavilla y Paqui Visedo. Según su RaceTracker, que localiza en directo a ambos grupos desde la web de Alex Txikon, hoy tenían previsto abandonar Bulgaria y adentrarse en Turquía. Por uno u otro medio, todos se reunirán en Katmandú, capital de Nepal, el próximo 9 de enero.

Foto: Diego Martínez


31/12/2019 El fin de año antártico de Alex Txikon - los viajeros se aproximan a Islamabad

Alex Txikon, Juanra Madariaga, el fotógrafo Diego García y el resto de miembros de la expedición se preparan para celebrar la Nochevieja en la Península Antártica. En los últimos días han navegado bordeando algunas de las islas que forman las Shetland del Sur y han realizado al menos dos ascensiones en la zona. De la primera, tenemos una breve nota enviada vía satélite, en la que Alex afirmaba que fue una nueva ruta en estilo alpino a una montaña tal vez inescalada. De la segunda, realizad en la pequeña isla de Lockroy, solo tenemos constancia por el sistema de geolocalización que lleva consigo Txikon.

Aunque la comunicación con el equipo es muy escasa, pronto esperamos noticias, imágenes y detalles de las ascensiones, ya que en cuatro o cinco días el equipo espera regresar a Puerto Williams, en Chile, y de ahí tomar una barcaza a Usuaia, para tomar su vuelo internacional de vuelta a España.

Entretanto, el equipo que viaja por carretera hacia Nepal está viviendo una aventura apasionante. Con 10.485km recorridos y tras cruzar Europa sin contratiempos, una cuestión administrativa les retrasó casi dos días entre Turquía e Irán. A cambio, cuando al fin consiguieron entrar en Irán, se encontraron con un país fascinante. “Allí donde vamos nos tocan la bocina, nos dan puñados de pistachos y nos regalan sonrisas una y otra vez,” comentaba Paqui Vicedo, conductora de apoyo junto a Iker Mediavilla. “Es increíble lo pobres que son con los recursos que tienen: ¡el litro de gasoil cuesta 0,045€!” El 30 de diciembre cruzaron otra frontera, la de Pakistán. En su último mensaje hasta el momento, el 30 de diciembre, viajaban escoltados por la zona de Baluchistán, cerca de la frontera con Afganistán, confiando en llegar a Quetta el 30 de diciembre y , uno o dos días más tarde, alcanzar la capital del país, Islamabad.

Foto: Diego Martínez


05/01/2020 Los expedicionarios entregan ayuda humanitaria para la aldea de Askole

El equipo de la expedición Road to Himalayas que estos días recorre por carretera el trayecto desde España a Nepal, ha cumplido uno de sus principales objetivos: esta mañana Félix Criado, Íñigo Gutiérrez, Paqui Vicedo e Iker Mediavilla han entregado 100 paneles solares conectados a bombillas de bajo consumo y 10 hornos solares, que se distribuirán entre las familias de Askole, en Baltistán. Los paneles han sido donados por la Fundación EKI y los hornos, fabricados y probados por alumnos de secundaria del Instituto Público de Arrasate/Mondragón, con la colaboración del Ente Vasco de la Energía (EVE). Toda la operación ha sido coordinada por el proyecto AWARE, que además ha formado en el uso de estos materiales a la persona que se ha hecho cargo de ellos: Muhammad Ali, el profesor de la escuela de Askole, que ahora deberá regresar a su aldea a través de la peligrosa Karakorum Highway. Finalmente, los miembros del equipo no podrán llegar a Askole ellos mismos por falta de tiempo (es un viaje de más de 30 horas) y los riesgos intrínsecos de circular por esa carretera que discurre sobre precipicios en gran parte del recorrido y que, sobre todo en invierno, sufre constantes cortes por desprendimientos. De hecho, los conductores tienen apenas unos días para llegar a Katmandú, la capital de Nepal, donde se reunirán con Alex Txikon y el resto del equipo para emprender juntos el camino hacia el Ama Dablam. La ubicación del equipo en el vehículo --un Isuzu 2.5TD Twin Turbo-- se puede seguir a tiempo real a través de RaceTracker, en la web de Alex Txikon.

La aldea de Askole es bien conocida por las expediciones de alpinismo y trekking, ya que es el último punto accesible en vehículo antes de adentrarse a pie en el valle y glaciar de Baltoro, en el corazón del Karakorum, donde se elevan cuatro de las catorce montañas de más de ocho mil metros de la tierra y, entre ellas, la segunda más alta y tal vez la más mítica: el K2, de 8.611 metros. Sin embargo, pese a su fama, Askole es la comunidad menos desarrollada del distrito de Shigar. Con un entorno demasiado árido para prosperar con la agricultura o el ganado, la mayoría de sus 850 habitantes solo pueden aspirar a trabajar como porteadores para las expediciones internacionales, pero carecen de formación especializada con la que aprovechar el auge del turismo de aventura. La asociación sin ánimo de lucro AWARE tiene en marcha proyectos para formar a sus habitantes, promover el turismo sostenible en la zona y mejorar la vida de la comunidad.


17/01/2020 Alex Txikon parte hoy hacia el Himalaya

Apenas 48 horas después de regresar de un viaje que ha combinado navegación y escalada en la Península Antártica, Alex Txikon vuelve a partir, esta vez rumbo a Nepal, donde se desarrollará la segunda parte de la expedición Road to Himalayas, en la que escalará el Ama Dablam y el Everest en temporada invernal.

En Katmandú, Txikon se reunirá con el resto del equipo expedicionario que escalará con él el Ama Dablam, y que incluye a himalayistas expertos como Oscar Cardo y Jonatan García (que también intentarán el Everest), Ramón Portilla, Sergio Pérez, Francisco Miguel Fernández, Alejandro Albacete, David Javega, Jesús Morales, José Manuel Zapata y Francisco Hurtado, los nepaleses Pasang Sherpa y Chhepal Sherpa, y también Félix Criado e Íñigo Gutiérrez. Estos dos ultimos alpinistas salieron de España en coche junto a Paqui Vicedo e Iker Mediavilla y, según su geolocalización a través de raceTracker (y que se puede seguir en directo a través de la web de Alex: http://www.alextxikon.com ), ya se encuentran en Nepal y deberían llegar a Katmandu hoy, justo a tiempo para la reunión del equipo, tras casi 13,000 kilómetros y doce países recorridos.

Durante el trekking de aproximación, además, irán acompañados por Juan Alejandro Martínez, José Urbano y Jesús Bermúdez, tres jóvenes montañeros con discapacidad y miembros de la asociación Amiab que, junto con sus monitores (Alberto Pastor, Laura Maranchón, Fabrizio Terrazas y Javier Palacios) y el fotógrafo Álvaro Sanz, esperan recorrer todo el valle del Khumbu hasta el Campo Base del Everest, ubicado a 5,300 metros, en pleno invierno.

Respecto a la reciente expedición de Alex a la Antártida, en la que recorrió a vela las islas de la Península Antártica, se enfrentó a un temporal en el Pasaje de Drake y abrió dos nuevas rutas, pronto tendremos más detalles disponibles. Mientras, os invitamos a seguir los “diarios Antárticos” en las redes sociales del alpinista


10/01/2020 El Isuzu de la expedición llega a Katmandu

Félix Criado, Íñigo Gutiérrez, Paqui Vicedo e Iker Mediavilla descansan en un hotel de Kathmandú. No es sorprendente que estén fatigados después de completar en coche el trayecto desde España, a lo largo de 14.453km, 30 días, 12 países y una experiencia irrepetible.

Han llegado justo a tiempo para unirse, el diez de enero, a la expedición de Alex Txikon que en unos días intentará ascender el Ama Dablam (6.848m) en pleno invierno himaláyico. Sin embargo, en algunos momentos llegaron a pensar que no lo conseguirían, ya que la expedición se ha enfrentado a algunos contratiempos serios. El principal, cuando les denegaron la entrada a Irán porque el Isuzu que conducían estaba a nombre de una empresa y no en el de uno de ellos. Perdieron días y casi mil kilómetros buscando en Turquía una ciudad con consulado donde obtener un documento acreditativo. Ya en el país persa, tuvieron que recurrir a la amabilidad de los locales para repostar, porque el combustible no se puede pagar en efectivo, sino canjearlo con una tarjeta. “Solucionado ese aspecto, nos las prometíamos muy felices, pero entonces llegó Pakistán,” dice Iker.

“Allí – continúa -- tuvimos que atravesar Baluchistán, donde los extranjeros corren el riesgo de ser secuestrados y nos hicieron ir siempre acompañados por un vehículo de escolta.”

“El problema es que las escoltas circulaban lentísimas, a 20 o 30 kilómetros por hora, para ahorrar combustible, y que se turnaban cada pocos kilómetros, por lo que teníamos que esperar continuamente,” añade Félix. “Eso, junto a un cambio de ruta, y ver que los días pasaban, fue psicológicamente muy duro.” Tampoco ayudó la imposibilidad de encontrar una tarjeta SIM que les permitiera la conexión a internet y, con ella, acceder a información sobre el tráfico, hoteles, usar el traductor para entenderse con los locales, que normalmente no hablan inglés, etc.

El equipo esperaba llegar a Islamabad el 28 de diciembre pero no alcanzó la capital de Pakistán hasta el 5 de enero. Por ello, desde ese momento se autoimpusieron una rutina durísima de conducir, comer, dormir y volver a conducir, siempre por turnos al volante, sin pausa ni desvíos. “No hemos visto nada de Pakistán ni de India, íbamos como transportistas.” lamentan.

Otro problema han sido dos reventones de rueda, uno de ellos en autopista, el estrés hasta que encontraron ruedas de repuesto, y la conducción en algunos tramos. “Sobre todo en India: ahí la gente conduce de manera temeraria, y las carreteras están en muy mal estado, por lo que circular, sobre todo de noche, era tremendo,” dice Félix. “Percances por suerte no hemos tenido, pero sustos, sustos hemos tenido unos cuantos.”

Otra experiencia ha sido la gestión del equipo, tras tantos días encerrados en el vehículo y sin parar. “Hemos ido discutiendo por turnos: Yo con Íñigo, él con Paqui, Paqui con Félix, hasta completar todas las combinaciones,” bromea Iker. “Eso, en realidad, ha sido lo bueno: que cuando ha habido problemas lo hemos discutido, hemos celebrado reuniones de equipo cuando alguien se ha sentido mal, y hemos terminado un viaje que empezamos sin conocernos, siendo grandes amigos.”

“Si gestionar el equipo ha sido lo mejor, o más importante del viaje ha sido poder entregar la ayuda humanitaria en Islamabad a Alí, el maestro de Askole, y así intentar mejorar un poco la vida de esta comunidad,” asegura Félix.

Además, la tonelada que pesan los hornos solares (fabricados con apoyo del Ente Vasco de la Energía), paneles solares con bombillas de bajo consumo (donadas por la fundación EKI), el material escolar y ropa de abrigo recogidas por Asociación de Montañeros Independientes de la Coruña, un cargamento de comida para la expedición, más el material de escalada recogido en Pakistan y procedente de la anterior expedición de Alex Txikon, han ahorrado al medio ambiente aproximadamente 3.755 kg de CO2, comparado con la huella de carbono que habría tenido transportar todo eso en avión.

“Es que lo mejor es la gente que hemos encontrado,” aseguran todos. En concreto, guardan un recuerdo especialmente bueno de Irán, donde han encontrado un pueblo extraordinariamente amable y hospitalario. “Lo que dicen las noticias, lo que nos cuentan de esos países… es erróneo,” asegura Félix. “Yo me he dado cuenta de que tenía prejuicios, que creía que no los tenía, y he aprendido que estaba equivocado,” reconoce Iker. “Nadie nos ha puesto una mala cara, nos han dado lo que han podido, incluso gente viviendo en condiciones muy difíciles, y eso nos ha impactado y nos ha alegrado aún más poder dar algo de ayuda a nuestro paso.” A Paqui solo le ha entristecido comprobar la situación de las mujeres en Pakistán, a las que no ha visto ni por la calle. “Bueno, también hay gente mala en todas partes,” tercia Íñigo. “Pero ahí está ese aprendizaje que te da viajar y te ayuda a ver de quien te puedes fiar y a quien es mejor tratar de evitar; es también parte de la aventura.”

En cuanto a si repetirían la aventura o la recomendarían, ninguno lo duda, pero todos apuntan a una condición: “hay que ir con más tiempo que nosotros, para ver más cosas, empaparse más del viaje, y no tener el estrés de una fecha límite.” Como apunta Fékix: “Pero incluso si las condiciones no son las mejores, viajar es la mejor lección de vida que se puede tener: ¡hay que viajar siempre!”

Hablando de viajes, ahora lo que todos necesitan es ejercitar las piernas tras un mes conduciendo y disfrutar de espacios abiertos y silenciosos. La mala noticia es que Íñigo no ha podido conseguir el dinero necesario para el permiso de ascensión, y no podrá cumplir su sueño de escalar el Ama Dablam. “Bueno,” se resigna. ”Al menos podré disfrutar del trekking.” Iker y Paqui también le acompañarán en esta parte de su aventura cuando lleguen al Camp Base, tras despedir a Félix, regresarán los tres a casa, esta vez en avión, pero con billete sólo de ida.


14/01/2020 Crónica antártica de Juanra Madariaga

Algunos viajes nunca terminan, es como si una línea infinita de paisajes y sonidos se desplazara frente a tus ojos, componiendo una película que alguna hubieras visto, pero que sabes con seguridad que nunca la has vivido.

Algo así ha sido la expedición que hemos realizado en la Antártida, es continente que tiene todos los parámetros de un espacio ausente, deshabitado, silencioso, donde el mar abraza bloques de hielo errantes, caídos de paredes que un día cubrieron montañas que queremos escalar.

Todo comenzó en las Islas Falkland o Malvinas. Una tierra plana, con pequeñas elevaciones que sustentaron puestos de combate que sucumbieron al fuego de todos los enemigos. Las guerras son así, simplemente nadie gana y muchos pierden.

Unos días por aquellos desolados parajes non advierten que el frio, las nieblas, el mal tiempo y una fauna extrañamente encantadora van a ser los protagonistas de nuestros próximos días. Ypake es el nombre del barco de tres toneladas que vamos a habitar durante un mes. Está amarrado en Port Stanley desde donde partiremos en una travesía de casi 900 millas hasta la Península Antártica. Eso fue a mediados de diciembre. Una mañana de viento suave dirigimos la proa hacia el sur. El sur era nuestro objetivo, todo el sur.

Esos días de inusual calma (después de vomitar sin ganas) comenzamos a aprender los nombres de todos las aves que planeaban a velocidades increíbles junto a nuestro velero: petrel gigante, petrel negro, albatros de ceja negra, albatros real, paiño, petrel damero, etc, etc. Los días fueron fluyendo con el mismo ritmo de las corrientes que de la misma manera que nos empujaban hacían detenernos por su embate. El mar siempre está en perpetuum mobile y ofrece en lucha constante, dura.

Una mañana, muy pronto, apenas la luz gris tomaba otra claridad, avistamos tierra. Nos sentimos marineros ancestrales; eran las Islas Melchior, un cumulo de pequeñas porciones de tierra tapadas de hielo. Llegamos con entusiasmo, alucinados por el entorno casi irreal. Preparamos nuestros trastos y comenzamos a escalar el hielo y a esquiar en aquella nieve. Fue como repetir un sueño que teníamos escondido. Esa noche celebramos la Nochebuena.

Los días siguientes fueron increíbles. Navegamos por el Estrecho de Gerlache hasta la bahía Orne donde atracamos para realizar nuestra primera escalada importante. Las líneas las traíamos desde casa bien miradas, pero aquello era real y estaba delante de nuestros ojos. Como la noche no existe, el tiempo era insignificante. En la tarde no dirigimos hacia el Spigot Peak, una pequeña atalaya sobre el Gerlache. Los pingüinos barbijo nos acompañaron parte del trayecto desde donde vimos navegar nuestras primeras ballenas en perfecta coreografía. El espectáculo iba in crescendo. Un atardecer sin trampas nos dejó en la cumbre. Eran casi las diez de la noche…pero de qué noche?

Después de ese día tan fabuloso, la madrugada nos despertó con un peligro que no conocíamos. Los vientos del oeste habían introducido en la bahía una buena cantidad de icebergs que comenzaban a amenazar el barco. Los más pequeños (tipo vagon de tren, coches, furgonetas, lavadoras,…) rozaban el casco produciendo un sonido casi claustrofóbico. Era como si quisieran oprimir su estructura. A las cuatro de la mañana estábamos peleándonos con los más pequeños, pero a priori sabíamos era una batalla inútil, de gran riesgo para nosotros, pues si caemos al mar apenas disponemos de un par de minutos para salir. La vida se hiela aquí en un espasmo de tiempo. Esta amenaza nos hizo salir pitando de la zona, perdiendo la posibilidad de escalar nuestra primera línea. En fin, teníamos más en el bolsillo.

Esa misma tarde llegamos a la Isla Cuverville. Atracamos en su regazo desde donde veíamos como un imán lleno de atractivo la montaña denominada Wild Spur (1.057m). La línea surgió en nuestras mentes y fuimos a la montaña para poder pintarla. Tras 18 horas de agotador ataque nos recogía de nuevo el capitán Ezequiel en la playa de piedras que nos había dejado hace ya unas buenas horas. Habíamos trazado una línea por su arista oeste: Lorezuri. Hicimos cima más tarde de las 10:00 y regresábamos casi a las 05:00 de la mañana, pero que importa aquí si el tiempo que no te delimita. Fue una ascensión de esas que sueñas por un lugar que nadie antes había pisado.

Días después atracamos en Dorian Bay, cerca de Port Lockroy, un lugar con un paisaje hermosísimo, lleno de montañas que incitan su ascensión. Una de ellas es Jabet Peak, donde realizamos un descenso de esquís superbueno. Desde su cumbre contemplamos nuestro siguiente objetivo, Wheat Peak. No nos decidimos por la ruta ya que todas poseían unos enormes hongos en su salida que nos impedirían llegar a la cima. El riesgo a asumir era alto; las avalanchas que había en el suelo nos informaban ya de los posibles derrumbes. Nos decidimos por un corredor más abierto en su parte izquierda para acceder a una de sus cumbres secundarias. Después de unas horas sobre nuestros esquís llegamos a la base, parecía más fácil de lo normal, pero cuando llegábamos a nuestro segundo largo nos dimos cuenta de que aquel territorio era más duro de lo concebido. Tras 11 largos en una pendiente fuerte llegamos al hongo de salida. Sin darnos casi cuenta el tiempo había cambiado radicalmente y la nevada se hacía presente desde ya hacía varias horas. El frio era intensísimo cuando mire aquél hongo de salida demasiado vertical que apenas se dejaba ver entre la niebla, con un hielo hueco, podrido que no me permitía clavar bien mis herramientas. Un par de sustos y la sensación de que estábamos a la hora equivocada en el sitio equivocado nos hizo detenernos para poner en la balanza todo lo que teníamos que disputar. No veíamos donde estábamos y no sabíamos dónde íbamos. La razón nos ayudó a preparar el primer rapel. Hicimos unos cuantos más antes de tocar el suelo de nuevo, ya aliviados. La línea estaba trazada, pero sin cumbre: Lan eta ekin. Quizás otro año?

Unos días después comenzábamos la travesía hacia el norte, hacia Ushuaia. El mar nos puso esta vez a prueba y vientos de más de 60 nudos con olas cercanas a los 8 metros nos convirtieron definitivamente en hombres de tierra. El mar es otra dimensión, otro universo de latitudes y longitudes incomprensibles, donde la naturaleza no sabe de humanidades.

Puerto Wiliams nos recibió después de 6 días de mar y de pasar por el Cabo de Hornos con una tranquilidad que nos puso muy-muy felices.

La vuelta estaba tocando a su fin, y si mirábamos hacia atrás, la estela del barco Ypake señalaba una tierra que nos había hecho más pequeños, menos importantes, más esenciales quizás, y que jamás, de ninguna manera, llegaremos a descubrir realmente: la Antártida.

Por: Juanra Madariaga (https://www.instagram.com/jrmadari/)

Foto: Diego Martínez


9/12/19 Alex Txikon regresa al Everest invernal

Tras intentar el K2 a principios de este año, Alex Txikon se prepara para enfrentarse de nuevo al Everest en invierno, al que ya lanzó sendas tentativas en 2016-17 y 2017-18. “A la tercera va la vencida,” ha dicho Alex durante la presentación de la expedición, hoy en Bilbao. “Aprovecharemos también la experiencia del K2, donde aprendimos muchísimo.”

Esta vez, el Everest será la culminación de una triple aventura que comenzará la semana próxima, cuando Txikon se embarque en una expedición que recorrerá a vela las islas Shetland del Sur, en la Península Antártica. Allí, los expedicionarios realizarán una serie de aproximaciones a pie y con esquies a cumbres inescaladas o donde puedan abrir nuevas rutas.

A principios de enero, y con apenas dos días de descanso, Txikón volará a Nepal. Allí se reunirá con Felix Criado e Íñigo Gutierrez quienes, entretanto, habrán recorrido en coche todo el trayecto desde España a Kathmandu, realizando diversas acciones humanitarias en algunos puntos del camino. Juntos caminarán desde Lukla al Campo base del Ama Dablam, considerada una de las montañas más bellas de la tierra y todo un reto en invierno. En este tramo irán además acompañados por un grupo de montañeros discapacitados de la asociación AMIAB. Txikon liderará un equipo de nueve personas en la escalada al Ama Dablam, la cual, además de su valor intrínseco, servirá como preparación física y mental y como aclimatación para el Everest, cuyo campo base además se encuentra relativamente cerca, en la cabecera del valle del Khumbu. Esto facilitará la logística y la rapidez de movimientos del equipo. Para el Everest, Alex unirá fuerzas con Oscar Cardo y Jonatan García, así como con los nepaleses Chhiji Nurbu Sherpa, Pechhumbe Sherpa y Tenjen Sherpa.

Además de escalar, la expedición llevara a cabo estudios topográficos y meteorológicos mediante drones, mientras que el fotógrafo Diego Martínez, especialista en fotografía analógica, documentará la expedición de cara a futuras exposiciones y a la publicación de un libro.


10/12/19 El gran viaje

Entre mediados de diciembre de 2019 y primeros de enero de 2020, Alex Txikon estará navegando y escalando nuevas rutas en las montañas de las Shetland del Sur, en la Península Antártica. Será su preparación para, seguidamente, intentar el Ama Dablam y el Everest, ambos en pleno invierno del Himalaya. Sin embargo, Txikon no será el único que pasará las navidades lejos de casa. Félix Criado e Íñigo Gutiérrez Arce, dos alpinistas de A Coruña y que escalarán con Txikon en el Ama Dablam, emprenderán su propia aventura de camino a Nepal: un increíble viaje en coche desde su ciudad hasta Katmandú, recorriendo 13.000 km y 12 países en menos de 25 días. Al volante de un Isuzu 2.5TD Twin Turbo con un pequeño remolque, transportarán material de expedición y equipo humanitario para repartir en diversos puntos del viaje. El objetivo es, por una parte, rememorar los viajes por tierra del siglo pasado, cuando se conocían paisajes, países y culturas, en lugar de sobrevolarlos y, por otra parte, realizar acciones solidarias, puntuales pero cuidadosamente diseñadas. “Se trata de volver a viajes como los de antaño pero también la oportunidad de vivir una aventura y de transportar cosas útiles y beneficiosas,” dice Félix Criado al respecto. “Es una manera de viajar flexible y muchísimo más humana, dando algo por el camino y recibiendo algo a cambio,” añade.

Su filosofía del viaje es simple: no tienen etapas fijas y solo han previsto alojamiento en las regiones donde se requiere una reserva para obtener el visado; el resto del tiempo tratarán de ser lo más autosuficientes posible, para lo que llevan tienda y material de acampada. Tienen prevista una visita al Instituto Cervantes de Sofia, en Bulgaria, y calculan que cambiarán de año en Islamabad, la capital de Pakistán, donde serán recibidos por el embajador de España. Lo demás, se verá sobre la marcha. Su equipaje incluye material escolar y ropa de abrigo que ha recogido la Agrupación de Montañeros Independientes de Coruña, a la que pertenecen. Saben que esas donaciones serán bien recibidas en Nepal, pero prevén entregar parte antes, en comunidades por las que pasen y donde comprueben que son necesarias. En Pakistán, recogerán parte del material que dejaron en la expedición al K2 del pasado invierno, usando para ello el espacio que dejarán en el remolque cuando entreguen unos utensilios de gran utilidad para las comunidades baltíes de Askole, el último punto accesible en coche para las expediciones que cada año se dirigen a los “ochomiles” del Baltoro (K2, Broad Peak y Gasherbrums I y II), en el corazón del Karakorum. Cuando estuvieron allí Alex y Félix, se dieron cuenta de que los habitantes del de la zona tienen un grave problema por la escasez de combustible, que les obliga a acelerar la cocción de sus comidas con bicarbonato, lo cual acarrea problemas de salud, y que soportan largas noches de invierno a oscuras para ahorrar. Los viajeros esperan mejorar la vida de muchas de estas personas donando veinte hornos solares, fabricados exprofeso por los alumnos de 3º de DBH del instituto de Arrasate mediante un proyecto interdisciplinar con ayuda de la empresa Ibili de Bergara (que ha donado los materiales), así como un lote de bombillas de bajo consumo alimentadas por pequeños paneles solares que ha donado la fundación Eki. “Parece algo accesorio, pero cada una de estas bombillas, durante sus diez años de vida, va a permitir a los niños leer,” comentaba recientemente Alex Txikon.

Tras esta parada, los expedicionarios-conductores deberán darse prisa para llegar el nueve de enero a su destino final en Katmandu, donde han quedado con Alex Txikon y el resto del equipo para iniciar juntos el camino, esta vez a pie, al Ama Dablam.